Cómo explicar que una tarde de septiembre algo muy poderoso cambió mi vida?. Por fortuna no fue la lotería la que lo hizo, ni un hecho trágico, ni un amor … tan solo fue una pregunta.
Nuestros caballos nos regalan a menudo un bien muy preciado y menospreciado: gente muy especial. Aquella tarde nos visitó Jose que trabaja como peluquero y en una emocionante conversación me habló de una pregunta que hacía a sus clientes cuando estaban sentados en su sillón. He de decir que mi peluquero siempre intentó infructuosamente establecer una conversación conmigo pero ninguno de ellos en 47 años acertó a entender que no me interesaba el fútbol.
La pregunta era aparentemente inocente… al formularla elevó su vuelo una mariposa a nuestro lado. Dijo sencillamente "Quien eres ?… lo sabes ?" y me explicó a continuación algo que todos hemos experimentado y que la mayoría hemos hecho y hacemos… todos sus clientes respondían con su profesión y cuando así lo hacían él insistía con un " no me has entendido, no pregunto a qué te dedicas sino quién eres".
Jose no podrá imaginar el tsunami que organizó en mi mente el vuelo de aquella mariposa interpelada por la pregunta.
Recordé que cuando hace unos años buceaba con intensidad y visitábamos un centro de buceo o un barco, al entablar conversación en un corto período de tiempo surgía la profesión de cada nuevo "amigo" al formular, aunque indirectamente, la pregunta de "quien eres"… Me veo alimentando a mi ego a paladas explicando dónde trabajaba y qué hacía y vistiendo las partes menos afortunadas de mis tareas laborales y de mi historia laboral de una aureola difusa de gloria. Y lo mismo vi en quien me contaba su fortuna laboral.
Así que el primer movimiento sísmico, probablemente el que hizo elevarse a la mariposa, fue reconocerme dentro de esa superficialidad narcisista. En ese reconocimiento encontré el primer mojón de un camino que me iba a llevar a todavía no se dónde porque no he llegado.
Por más que aquella pregunta inició la revolución, desde septiembre hasta navidad mi cabeza racional no era capaz de darle respuesta retada como estaba a salir de la respuesta profesional. Así que instigada por la urgencia por saber quien diablos era yo, la mariposa volvió a volar a mi lado en las semanas previas al fin del 2014. La mariposa me llevó a un vídeo basado en un hecho real ocurrido en la navidad de 1914 en las trincheras del frente Belga de la primera guerra mundial en la que murieron 8 millones de personas y que incendió Europa:
¿Qué te sugieren los uniformes? ¿Qué había debajo de ellos? ¿Que significa el pajarillo en las alambradas? ¿ Quien no eran aquellos hombres ? ¿ Quien eran aquellos hombres? ¿ Por que se entiende el anuncio si está en Inglés y en Alemán?
A pesar de su finalidad evidentemente comercial, el anuncio encierra a mi juicio un tremendo cuestionamiento, no ya de la guerra, sino de quien es "el hombre" y de las consecuencias para el hombre y para la humanidad de la ceguera que produce dar una respuesta equivocada a la pregunta de "quien eres tu".
El hombre, aquellos hombres y nosotros, nos investimos de una careta ( el uniforme, la "prosopo" griega) que esconde quien somos: somos soldados en el uniforme accidental que nos toca , pero también, o sobre todo, somos novios, padres, peluqueros, futbolistas, jóvenes, sensibles, abandonados, amados, adultos, maduros, niños heridos, hijos de las creencias, participes de las ideologías, deseosos de volver, buscadores de sentido, seres de manada y de encuentro... Finalmente solo accidentalmente somos soldados y solo accidentalmente lo somos de un bando. No es por tanto el uniforme lo que nos une, sino lo que nos separa. Sin embargo nos une la complejidad infinita de cada humano en la respuesta a "quien eres". Todos y cada uno complejos y diferentes en su combinación genética, en el sentido de su vida, en el "ser" actual, en las redes y relaciones que nos rodean, en las limitaciones, en las autolimitaciones, en la biografía y en las herramientas para afrontar lo que vendrá.
El uniforme nos autolimita y nos impone la conducta. No siempre hay imposición externa pero siempre existe la autoimposición. El pajarillo nos recuerda eso… que la alambrada nos la imponemos… que en nuestra mano está volar. Crees que alguien verdaderamente libre hubiese estado en esas trincheras aquella nochebuena ? En otra publicación hablaremos de la libertad, de la libertad verdadera… no de la libertad precaria en al que vivimos anclados y que nos parece valer.
Evidencia el anuncio en dos idiomas que el don de lenguas bíblico puede ser sencillamente una metáfora de la universalidad del "ser" humano. Que no hace falta el lenguaje de las palabras para comunicar lo que realmente somos… que desde algo tan poco racional como el corazón se trasmite la "esencia" del hombre que no es otra que su fin vital ( su sentido de la vida) y su ser ( quien soy yo en este momento ) y su potencial ( quien no soy todavía ).
Asombrosamente, he aquí un retazo de protociencia, la universalidad de la "esencia" humana y su capacidad de comunicarse trasciende a la especie humana y se extiende al ámbito animal. Nuestros animales están en contacto con su esencia permanentemente porque no se contaminan de los "uniformes" humanos. Cuando el humano se desprende de su "uniforme" y muestra al animal su esencia, surge un ámbito de comunicación entre especies literalmente inexplorado por el ámbito racional y al que, quizás, esta aproximación nunca llegue a alcanzar sencillamente porque el mundo racional solo entiende de reacciones químicas para explicar las cosas que están en el corazón.
No llegué evidentemente a la respuesta de quién soy… pero me aclaró muy bien quien no soy y dónde buscar para encontrar la respuesta.
Llegado este punto de reflexión vital, con todas las derivadas que implica respecto a la visión del mundo, Susana unos meses más tarde le dio otra vez la vuelta a la paz mental precaria a que había llegado contradiciendo -aparentemente- toda la reflexión que acabas de leer. Me dijo "también eres quien no eres". Pero eso merece otro post en este blog
Jose 2-7-2015
Muchas gracias!
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